María,
creemos, como tú,
que la actitud más bella de los creyentes
es ponerse a cantar y agradecer
el don maravilloso del Señor
que llega hasta nosotros hecho gracia.
María,
creemos, como tú,
que abrirse a la Palabra y decir SÍ
es salir al encuentro del Señor,
que nos sigue llamando cada día
a la hora de la tarde y de la brisa.
María,
creemos, como tú,
que el Dios de los humildes y los pobres
compromete a su Hijo
con todos los que sufren en sus carnes
el llanto del desprecio y la opresión.
María,
creemos, como tú,
que el brazo del Señor acoge a los sencillos
y niega a los poderosos las razones
para hacer del dominio y la riqueza
el objetivo de sus vidas.
María,
creemos, como tú,
que el dichoso y feliz del nuevo Reino
descubre en el SERVICIO
el camino de la plenitud
y ensalza la grandeza del pobre,
porque siente que es su hermano.
María,
creemos, como tú,
que el Dios de las promesas
hizo realidad su palabra
y vive desde entonces nuestra historia,
cogido de tu mano y nuestra mano. |