Señor, haz de mí un instrumento de tu solidaridad.
Donde haya hambre, que yo regale tu pan
y enseñe a conseguirlo honradamente.
Donde no haya techos o estén rotos,
que yo trabaje por viviendas dignas.
Donde haya desaliento o inhibición,
que yo fomente la participación y la esperanza.
Donde haya niños desescolarizados,
que yo busque los recursos necesarios.
Haz que no busque mi vanidad,
sino el bien de mis hermanos;
que no promueva el agradecimiento hacia mí,
sino su dignidad;
y que mi satisfacción consista
en haber amado con obras.
Gracias, Señor, porque cuanto más doy, más recibo;
cuanto más trabajo, más ayudo;
cuando menos me busco a mí mismo, más eficaz soy;
más resucitas Tú en mí,
porque Tú eres... la “SOLIDARIDAD”.
Patxi Loidi |