Tú que eres Madre, llena de VIDA:
arrópanos en tu corazón,
para que en nosotros brote la semilla de la Vida.
Tú que eres Madre, llena de TERNURA:
ven con nosotros en el caminar de cada día,
y cuida nuestra frágil fe.
Tú que eres Madre, llena de ESPERANZA:
enciende la llama del amor en nuestro interior
y alumbra nuestros pasos en la noche.
María:
Tú que estuviste abierta a los planes de Dios;
tú que te dejaste conducir por la fuerza del Espíritu Santo;
tú que fuiste consecuente con lo que un día prometiste;
enséñanos
a acoger y responder con gozo a Dios;
a presentarnos a Él
con nuestras manos abiertas para amar;
a entregarle nuestra vida,
para anunciar el Evangelio;
y darle un SÍ generoso,
para ser luz y sal en medio del mundo. |